Este modelo mental ayuda a entender cómo modificar los ejercicios para ajustarse a las capacidades individuales, especialmente después de los 40 años.
A medida que envejecemos o sufrimos lesiones, nuestros cuerpos pueden no responder como lo hacían en nuestra juventud. Para seguir construyendo músculo de manera efectiva: 1. Evalúa tus limitaciones: Toma nota de cualquier lesión específica o condición crónica que pueda afectar tu movimiento. 2. Elige el ejercicio adecuado: Selecciona modificaciones o ejercicios alternativos que minimicen la tensión mientras promueven el compromiso muscular. Por ejemplo, si las sentadillas causan molestias, prueba con sentadillas en la pared oprensas de piernas sentado. 3. Enfócate en la forma y no en el peso: Prioriza la técnica adecuada en lugar de levantar pesos más pesados para prevenir más lesiones. 4. Incorpora el descanso y la recuperación: Permite un tiempo de recuperación adecuado; considera ejercicios de flexibilidad y movilidad para mejorar el rango de movimiento. 5. Consulta con expertos: Trabajar con un fisioterapeuta o entrenador personal puede proporcionar adaptaciones personalizadas basadas en tus capacidades físicas.
Tu cuerpo escucha todo lo que dice tu mente. ¡Mantente positivo!